MI INFANCIA
Helena Bochořáková-Dittrichová
Mi infancia, la joya desconocida de la primera novelista gráfica de la historia.
Siguiendo la estela de títulos como Destino o Mi Guerra –publicados en esta misma colección–, rescatamos esta fantástica obra de la ilustradora checoslovaca Helena Bochořáková-Dittrichová, considerada la primera novela gráfica realizada por una mujer y publicada originariamente en 1929. En los más de noventa grabados que componen Mi infancia, recorremos los primeros años de vida de Helena: su nacimiento en el seno de una familia de comerciantes de clase media, las primeras enseñanzas, el calor de la familia y los amigos, pero también los sobresaltos, miedos y recuerdos de alegría y dolor que a todos nos embargan al pensar en nuestra infancia.
Una obra de arte que entronca estilísticamente con el gran maestro de la novela en imágenes, Frans Masereel, aportando sin embargo una historia inusual en el género, centrada en el candor y la domesticidad –en contraste con las narraciones de corte más político y universal–, en el valor de los pequeños gestos. En definitiva, un antecedente extraordinario de la novela gráfica autobiográfica, tan en boga en los últimos años.
14.00€ IVA incluido
Sin existencias
Colección: Wunderkammer
Tamaño: 15 x 15 cm
ISBN: 978-84-944484-9-2
Páginas: 146 b/n
Encuadernación: rústica con solapas
Helena Bochořáková-Dittrichová
Helena Bochořáková-Dittrichová (1894-1980) comenzó a dibujar desde muy temprana edad, accediendo en su juventud a la Academia de Bellas Artes de Praga y depurando inicialmente su estilo bajo la influencia de la obra del célebre artista checo August Brömse. Durante esta primera etapa, en su veintena, realizó varios ciclos de grabados, inspirados en sus convicciones religiosas y en el duro momento histórico que atravesaba el continente europeo tras el azote de la Primera Guerra Mundial. En los años veinte Helena se desplazó a París para continuar con su formación y allí entró en contacto con la obra de artistas como Frank Brangwyn o James McNeill Whistler pero, sobre todo, resultó influenciada por el estilo gráfico del grabador belga Frans Masereel. En 1929 se publica Mi infancia, y durante los años siguientes realiza múltiples ciclos de grabados inspirados en su mayor parte en algunos de sus viajes y experiencias personales, dedicándose también a la literatura tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial.