En los próximos días el equipo de investigación Irudi-Estudios de la imagen publicará una obra dedicada al estudio de la imagen del rey en la Cultura Visual 2. 0. Se trata de un libro realizado con la urgencia y las condiciones que impone la actualidad; riguroso, crítico y necesario a tenor de los acontecimientos derivados de la sonada abdicación de Juan Carlos I.
La imagen del rey ha sido –y sigue siendo– un objeto de estudio central para diversas disciplinas, sobre todo por las singularidades que entraña su propia naturaleza y por el desafío que nos impone al implicar conceptos tan complejos como la “presencia” y la “semejanza”. Es un problema que trasciende por completo aquellas representaciones que habitualmente suelen ser consideradas como simples retratos. Indudablemente las imágenes pictóricas del rey serán mencionadas en este trabajo, pero el enfoque propuesto nos insta a comprender su imagen desde la perspectiva de una cultura visual extendida y no desde su análisis iconográfico.
Los retratos que acompañan al monarca en los discursos de navidad, las fotografías oficiales, los reportajes en revistas, las apariciones en televisión, etc., son imágenes perfectamente calculadas y dirigidas a la población con una finalidad clara; pero, ¿en qué lugar queda dicha finalidad cuando los canales a través de los cuales acaban difundiéndose se encuentran fuera del control de la monarquía?¿Cuando la apropiabilidad que caracteriza a las imágenes de nuestra época, las retoca, modifica y combina?
Tras presentar un armazón teórico que nos permita trazar algunas de las claves analíticas del tema, el libro contará con la célebre cacería de elefantes en Botsuana llevada a cabo por el rey Juan Carlos I –y sus interminables consecuencias mediáticas– como eje vertebrador, para tratar de mostrar que el estudio de las imágenes debe ser considerado como una de las herramientas fundamentales para comprender los mecanismos que articulan y modulan la sociedad en la que vivimos.
Presente y pasado se funden así en un conglomerado anacrónico donde las cacerías de los monarcas medievales explican muchas de las inclinaciones cinegéticas del rey Juan Carlos I o las teorías de los juristas ingleses de época renacentista acerca de los dos cuerpos del rey cimentan las preguntas sobre si el monarca puede contar o no con una imagen privada. Pero, como veremos, estas conexiones dialécticas no son nunca unidireccionales; el pasado puede ayudarnos a entender el presente y viceversa.
