En 1953, Hiroshi Teshigahara dirige el siguiente cortometraje dedicado a la figura de Hokusai. Al igual que Akira Kurosawa, Teshigahara era pintor antes de director, y tan solo tres años antes se había graduado en la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio. Es por tanto comprensible la admiración que profesaba hacia el “viejo loco por la pintura”, la cual se transmite a lo largo de este sencillo recorrido por la obra del artista, salpicado de sucintos detalles sobre su vida, los motivos de su pintura o la historia del país nipón.
Aunque el arranque resulte algo apresurado, y las obras se superpongan inicialmente sin demasiado orden ni concierto, hacia la mitad del metraje –cuando se detiene precisamente en en estampas pertenecientes a la serie “Cien vistas del monte Fuji”– Teshigahara comienza a emplear mejor los recursos técnicos, y los personajes de Hokusai cobran vida por momentos. La cámara recorre sus grabados y sus cuadernos de bocetos, permitiéndonos ver con detalle la increíble capacidad de observación y perfeccionamiento del pintor, que se revela en posesión de una aguda mirada antropológica –muchas estampas funcionan como un esplendido cuaderno de campo–.
La fascinante filmografía de Teshigahara, entre la que cabe destacar El rostro ajeno, Otoshiana o La mujer de arena, arrancó con este sencillo trabajo que podéis visualizar a continuación con subtítulos en castellano.